Cine: Un método peligroso

viernes, 13 de julio de 2012 · 12:29
MÉXICO, D.F. (Proceso).- En marzo de 1907, Carl Jung y Sigmund Freud se reúnen por primera vez y sostienen una apasionada conversación de 13 horas; seis años después, el idilio intelectual entre el creador de la psicología analítica y el fundador del psicoanálisis colapsa entre silencio y denuestos epistolares. Así acaba la colaboración entre estos dos pensadores, creadores de la mente moderna, los primeros ciudadanos del siglo XX que tuvieron que vivir con el peso de la reflexión y autointerpretación que caracterizan al hombre moderno. Lo anterior es una paráfrasis de la introducción del libro de John Kerr, A Most Dangerous Method (Un método muy peligroso), publicado en 1994, que reconstruye la historia del psicoanálisis a partir de una exhaustiva investigación de miles de cartas y documentos inéditos. El ensayo desbarata los mitos acerca de los modelos terapéuticos de la época, el nacimiento de las teorías de Freud y su relación con Jung. Introduce a un tercer personaje del cual se sabía poco, Sabina Spielrein, una paciente a la que Jung hizo su amante, terminó convertida en psicoanalista y jugó un rol clave en el desarrollo de esta ciencia; el descubrimiento de sus diarios y correspondencia en 1977 ha venido a reformular la historia del psicoanálisis. David Cronenberg (Spider) se interesó por la obra de teatro, La cura hablada (The Talking Cure), que Christopher Hampton escribió inspirado en el truculento triángulo entre Jung, Spielrein y Freud, e hizo la película; Un método peligroso (A Dangerous Method; Gran Bretaña-Alemania-Canadá-Suiza, 2011) reconstruye el ambiente de la época antes de la guerra del 14; la elegancia de la Burghölzli, la clínica suiza de enfermedades mentales donde el elegante doctor Jung (Michael Fassbender) experimenta con nuevas técnicas, contrasta con el ambiente de clase media vienés en que se mueve Freud (Vigo Mortensen); Cronenberg insiste en que los personajes habiten su propia modernidad, que las frases (todas documentadas) junto con la flamante terminología analítica ocurran por vez primera, casi por accidente. Pero el conjunto no puede evitar un cierto hieratismo de museografía, este trío formado por excelentes actores, incluyendo a Keira Knightley como Sabina Spielrein, encarna cada uno a su personaje demasiado bien para ser verdad. Mandíbula saliente, contractura de brazo y cuello se ven estudiados, Keira Kenightly se quita y pone el disfraz de histérica con habilidad de prestidigitadora; la pasión de ella con el fino y melancólico Jung parece más platicada que sentida. Habrá que volver a ver la poco apreciada cinta de Roberto Faenza (Prendimi l’anima) que, aunque con inexactitudes históricas, es un estupendo estudio de la pasión, la vergüenza y la culpa de Jung y Sabina arrastrados por fuerzas inconscientes que no logran controlar. Aunque pese más el cerebro que la pasión en este juego de relaciones peligrosas, Un método peligroso es una cinta imprescindible porque reconstruye el mito de los padres de la psicología moderna a los que se une Spielrein, una formidable mujer y psicoanalista de la que aún queda mucho que decir.

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