Abren este viernes Museo del Chocolate en Uxmal

martes, 8 de julio de 2014 · 18:48
MÉXICO, D.F. (apro).- Luego de cancelar su propuesta de abrir un establecimiento en la zona arqueológica de Chichén Itzá, la empresa belga Belcolade, propiedad de Eddy Van Belle, continuó sin problema con las obras de un proyecto similar en Uxmal, y este viernes 11 abre sus puertas el Choco-Story Uxmal. El Museo del Chocolate. El recinto, polémico desde su origen por el manejo discrecional mediante el cual obtuvo el visto bueno del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) –investigadores de la dependencia acusaron de abuso de autoridad e incluso corrupción a los responsables del proyecto–, se localiza en el kilómetro 78 de la antigua carretera Mérida-Campeche, frente a la zona arqueológica de Uxmal, “a cinco minutos” de ésta, difunden sus promotores. Sin embargo, Alfredo Barrera Rubio, Fernando Robles Castellanos, Ángel Góngora Salas, Víctor Castillo Borges e Iván Franco Cáceres, investigadores del INAH, luego de una visita al lugar durante la etapa de construcción reportaron evidencia de restos arqueológicos, como un complejo cerámico Cehpech del clásico tardío, así como construcciones que formaron parte de una zona residencial de la ciudad prehispánica de Uxmal. Los especialistas concluyeron que el nuevo museo del chocolate “está enclavado en un contexto arqueológico de actividad doméstica prehispánica”. Y también denunciaron que el INAH otorgó las autorizaciones sin que hubiese habido una exploración arqueológica previa al ingreso de la maquinaria pesada de la empresa chocolatera, “lo cual hubiera sido recomendable”. El 16 de julio de 2013, con base en un dictamen del arqueólogo José Huchim Herrera, el INAH liberó el predio a la empresa belga sin la necesaria evaluación de la Sección de Arqueología del Centro INAH-Yucatán, aunque las obras ya habían iniciado desde mayo de ese mismo año. Fue “un dictamen al parecer bastante tardío, sin que hubiera mediado suspensión alguna, ya que la obra está bastante adelantada y es evidente que se inició antes de la autorización mencionada”, sostuvo Franco Cáceres en octubre de 2013 al semanario Proceso. También dijo que tanto el museo cancelado en Chichén Itzá, como este de Uxmal, obedecen a proyectos de explotación turística y comercial de las zonas arqueológicas, impulsados por los gobiernos neoliberales, que alcanzaron su cúspide en la administración de Alfonso de Maria y Campos, director del INAH durante el gobierno panista de Felipe Calderón: “La discrecionalidad y falta de transparencia se hicieron carta común en la aprobación de proyectos polémicos como se observa con el batidero de chocolate belga que sobre todo salpica al delegado estatal (del INAH) Eduardo López Calzada y al arqueólogo de origen maya José Huchim Herrera”, denunció entonces Cáceres. Según información proporcionada por los promotores, el museo realizado por los belgas Mathie Brees y Van Belle y el mexicano Agustín Otegui “cuenta con licencias correspondientes de las instituciones federales, estatales y municipales”. La información, consignada en un boletín, destaca que las autorizaciones para la Conservación de la Vida Silvestre (Uma), aprobada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “le permite albergar” al museo monos araña, venados cola blanca y jaguares, entre otras especies. Y detalla que el establecimiento tiene cinco salas de exhibición: Los mayas y el cacao; El cacao; Casa y cocina maya; Llegada del chocolate a Europa, y Fabricación del chocolate, que abarcan  periodos desde la época prehispánica hasta la actualidad, ubicadas dentro de una zona de cultivo de cacao. El museo estará abierto de lunes a domingo y la entrada tendrá un costo de 120 pesos para los adultos; niños de 6 a 12 años, adultos mayores y estudiantes pagarán 90 pesos y los menores de 6 años estarán exentos de cobro. Sólo por apertura los yucatecos tendrán 50% de descuento en la admisión general y los colegios oficiales de la zona rural de Yucatán gozarán de entrada libre. Después de Chichén Iztá, Uxmal es la zona arqueológica más visitada de Yucatán. Ambas tienen de manera conjunta una afluencia de alrededor de 2 millones de visitantes al año.

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