CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El ex boxeador Julio César Chávez se refirió a las recientes derrotas de sus hijos Julio César jr. y Omar, el sábado anterior durante la cartelera de exhibición de su despedida, y al evidenciar su hartazgo por la poca entrega de sus herederos aseguró enfáticamente:  

“Este es un cuento de nunca acabar. Prefiero que se retiren y ya a la chingada, porque si no se van a preparar a conciencia, sólo van a hacer un pinche ridículo”. 

Arrepentido, dijo, de haberlos integrado en la referida función en el Estadio Jalisco, donde se despidió del boxeo activo, Julio César Chávez esperaba una noche con sentimientos encontrados, pues reconoció que hubiese preferido pelear solo en dicha cartelera para evitarse un mal momento. 

“Quisiera que estuvieran chicos. Ahora de grandes ¡Cómo chingan!, la neta. Me tienen estresado, ha sido una chinga. Me arrepiento de haberlos metido, porque hubiera hecho mi exhibición alegre”. 

Considerado el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, Julio César Chávez volvió a calzarse los guantes a los 58 años en una pelea de exhibición –en su despedida oficial- a 4 rounds con caretas, frente a Héctor Camacho jr. 

Sin embargo, la noche no fue la esperaba para el legendario expugilista, ganador de los títulos mundiales superpuluma, ligero y superligero, ya que sus hijos fueron ampliamente superados: Julio César Chávez jr. por el brasileño Anderson Silva, experto en kickboxing, quien llevaba año y medio inactivo, y Omar Chávez tampoco tuvo capacidad de respuesta ante Ramón “Inocente” Álvarez, hermano de “El Canelo”.