MÉXICO, D.F. (apro).- En su alocución ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (AGONU), el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, comparó hoy el narcotráfico con el terrorismo islámico y llamó a la creación de una “fuerza multinacional” para erradicarlo.
El mandatario hondureño aseveró que el crimen organizado, el mercado de las drogas y el financiamiento de los grupos criminales dedicados al tráfico de estupefacientes revierten un carácter transnacional, por lo que deben ser resueltos “de manera compartida”.
“¿Cuál es la diferencia entre los efectos causados por el terrorismo de los radicales fundamentalistas y el terrorismo de los que mueven el narcotráfico?”, preguntó ante su audiencia quien, a inicios de 2014, desplegó la recién creada policía militar en las calles hondureñas y lanzó una política de mano dura contra el tráfico de drogas.
El narcotráfico, insistió, es un “pulpo criminal sin nacionalidades, ni fronteras, ni escrúpulos” que convirtió a Honduras en “uno de los principales campos de batalla de una guerra que no es nuestra (…) y cuyas estrategias se deciden fuera de Honduras”.
Antiterrorismo
En paralelo, el Consejo de Seguridad de la ONU votó por unanimidad una resolución que propuso Estados Unidos y obliga a los países a endurecer sus leyes contra los grupos terroristas.
El fin anunciado recae en “prevenir y eliminar las actividades de reclutamiento, organización, transporte o equipamiento en beneficio de personas que entran en la definición de combatientes terroristas extranjeros”.
El borroso concepto de combatiente terrorista extranjero se define como: “un individuo que ingresa a un Estado, otro que su propio Estado de residencia o de nacionalidad, con el fin de cometer, organizar o preparar actos de terrorismo”.
El texto de la resolución plantea una mayor cooperación entre agencias de inteligencia, el impedimento de la circulación de “esos individuos o grupos mediante controles fronterizos” y otorga el derecho a los gobiernos para exigir información a las compañías aéreas sobre sus pasajeros.
Asimismo, exhorta los Estados a elaborar “estrategias para luchar contra el discurso extremista violento que puede incitar a cometer actos terroristas”.