CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Los efectos sumados del decrecimiento económico y de la pandemia de covid-19 causaron estragos entre la población más vulnerable, pues al concluirse el tercer trimestre de este año el 44.5% de los trabajadores del país recibía un ingreso inferior al valor de la canasta alimentaria, una tasa que se disparó en un 9% desde el inicio del año y alcanzó su nivel máximo desde 2005.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), esta situación exacerbó los indicadores de desigualdad, dado que la crisis arrasó con los más vulnerables del país: en el tercer trimestre de 2020, el 20% de la población más adinerada reportaba un ingreso laboral 146.3 veces superior al del 20% más pobre; en el tercer trimestre de 2019, la diferencia era de 34.3 veces.

Por su parte, el índice de Gini –que mide la desigualdad-- se disparó, al pasar de 0.49 a 0.54.

Así, entre el primer y tercer trimestre de 2020 el ingreso laboral real cayó en un 12.3%, y las mujeres resultaron las principales víctimas, pues el ingreso real laboral de las mujeres ocupadas se derrumbó en un 15.6% desde principios de año.

En la presentación del Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza y la Pobreza Laboral, el Coneval señaló que la agravación de la pobreza laboral fue generalizada, pues se observó en 28 de las 32 entidades federativas, con los incrementos más drásticos observados en Quintana Roo, con un disparo de 22.4 por ciento.

En la entidad caribeña, más de la mitad de los trabajadores –un 51.5%-- recibió en el tercer trimestre un ingreso insuficiente para comprar la canasta básica; en la Ciudad de México, esta tasa se elevó a 45.1%, y en Chiapas roza el 70% de los trabajadores.

El Coneval reportó que la masa salarial total en el país cayó en un 12.4% entre el primer y el tercer trimestre de este año –perdió 27 mil millones de pesos--, como consecuencia de la disminución de los ingresos de los trabajadores y el aumento del desempleo, bajo los efectos combinados de la crisis.