Plan Puebla Panamá: rumbo a las maquiladoras

viernes, 18 de enero de 2002 · 01:00
México, DF - En la década de los sesenta, la situación económica en la zona norte se agravó: en la llamada Comarca Lagunera de Torreón y la zona algodonera del Valle de Mexicali el precio de la principal producción provocó que los agricultores perdieran su trabajo Para reactivar la economía y evitar el desempleo, el Gobierno federal desplegó un programa para atraer al sector maquilador, con inversión, en 90 por ciento, de Estados Unidos Así, inició la llegada de plantas ensambladoras en Ciudad Juárez, Chihuahua, la Comarca Lagunera, y en Tijuana, Baja California El auge de la industria maquiladora fue en ascenso, generando una masiva migración de habitantes del sur hacia el norte La mano de obra era barata y, aunque no calificada, sí lo era de alta calidad A Tijuana, incluso, se le llamó la city maquiladora, y a la Comarca Lagunera se le conoció como la capital de los jeans Ahí se producían desde vestidos hasta las principales marcas de pantalón, que luego eran exhibidos en los aparadores de Estados Unidos, a precios elevados Pero al entrar el 2000, la industria empezó su declive y nadie lo pudo detener, al grado que a la fecha se han perdido, por lo menos, según datos del Instituto Nacional de Información, Geografía e Informática (INEGI), 150 mil empleos Durante más de tres décadas, el Gobierno federal nunca pensó en qué harían cuando los procesos productivos de cada rama concluyeran, o que algún día la primera potencia mundial, Estados Unidos, enfrentaría una recesión Los empresarios maquiladores mexicanos, que trabajaron muy ligados a la inversión norteamericana, tampoco lo hicieron; nunca tomaron medidas preventivas y los resultados están hoy a la vista: el cierre de centenares de plantas y con ellas los despidos Hoy en día, muchas de las empresas que tratan de mantenerse han pactado con sus sindicatos condiciones laborales menores a las que tenían en un inicio Los salarios se les redujeron desde 20 a 40 por ciento; las prestaciones se las incluían en los sueldos, situación que antes no ocurría; empezaron los "paros técnicos", y unas de plano cerraban sus puertas para luego recontratar a la mitad del personal bajo condiciones deplorables de trabajo Pero éstas son sólo las que han podido mantenerse; otras han abandonado el país Para detener, lo que algunos investigadores del Colegio de la Frontera Norte (Colef), como Cirila Quintero, llaman "capitales golondrinos", el gobierno de Vicente Fox inició la promoción del llamado Plan Puebla Panamá (PPP) A pesar de la oposición de 150 organizaciones campesinas que se oponen al PPP, por considerarlo "capitalismo salvaje puro", el plan sigue, tan es así que recientemente la Cámara de Diputados aprobó un presupuesto de 960 millones de pesos para este año El plan prevé el desarrollo y, por supuesto, llegada de la industria maquiladora, principalmente textil, electrónica y automotriz, en regiones de nueve estados: Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Puebla, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Guerrero y Oaxaca Aunque el PPP no sólo considera la atracción de la industria maquiladora, sí representa un proyecto esperanzador del gobierno foxista para detener el desempleo generado en la zona norte, y a la fecha se tienen previstos 71 proyectos, que darían trabajo a unas 30 mil personas Tanto en Baja California como en Chihuahua y Tamaulipas, funcionarios del PPP han ofrecido a los inversionistas grandes ventajas, con tal que se trasladen al sur-sureste del país y no lo abandonen Pero los industriales se niegan En Atlixco, Puebla, ya están llegando algunas maquiladoras Pero de acuerdo con la investigadora Cirila Quintero, el plan es establecer plantas maquiladoras que produzcan insumos de toda una cadena productiva, mientras que en el norte se ensamblarían, evitando así la permanencia de varias firmas Pero aquí el problema es quién le asegurará a los campesinos de esos estados que se le respetarán sus derechos laborales; quién, que sus tierras no sean compradas a bajos precios, o rentadas sus bodegas a precios ínfimos Según el encargado del PPP, el expriista Florencio Salazar Adame, nada de esto pasará, pero lo que sí es una realidad, dice, es que existe en el sur-sureste muchísima gente desempleada, y si su única opción es ganar el salario mínimo, se aceptará La llegada de plantas maquiladoras en el sur-sureste no necesariamente tiene que ser negativa; pero el verdadero peligro radica en que no se vuelvan a tomar providencias, de parte del Gobierno federal, para, en su caso, el retiro súbito de algunas maquilas; entonces sería necesario que se cuente con otras opciones de trabajo que puedan mitigar el posible desempleo que llegaran a generar Ese es el riesgo, detalla la investigadora del Colef Hasta el momento, dice, lo único que se tiene en el horizonte es que el gobierno busca desesperadamente crear empleos y no cuenta con un plan emergente Lo que se puede leer, a través del PPP, es que se pretende crear en el sur una gran maquila, donde el campesino dejé el azadón para convertirse irremediablemente en un obrero Si se quiere evitar, organizaciones sociales deberán dar la lucha y apoyarse en investigadores

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