Opinión

Paridad electoral en construcción

Si antes no causaba suficiente indignación que 32 hombres acapararan las gubernaturas y la jefatura de gobierno de la capital, a nadie tendría que escandalizarle que en un futuro no muy lejano sean 32 mujeres las responsables
jueves, 12 de noviembre de 2020 · 18:04

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una disculpa anticipada por ser yo quien escriba este texto, pero tengo la urgente encomienda de compartir un mensaje que nos atañe a todas las personas, con la esperanza de que cuanto antes sean mejores voces, las de las mujeres, las que lo difundan y defiendan para guiarnos hacia un mejor futuro que ya nos merecemos.

A la pregunta sobre cuántas mujeres serían suficientes en los puestos de gobierno y en específico al frente de las entidades de la República, en las gubernaturas y la jefatura de gobierno de la capital, se puede responder de forma muy sencilla si se toma prestada la opinión de una mujer del todo admirable. 32 mujeres serían suficientes, pues 32 son los puestos disponibles, y si antes no causaba suficiente indignación que 32 hombres acapararan esos puestos, a nadie tendría que escandalizarle que en un futuro no muy lejano sean 32 mujeres las responsables.

¿Cuántas candidaturas a esos puestos se necesitan para equilibrar la situación el siguiente año, a fin de cumplir el mandato constitucional de paridad? Se requieren candidaturas en los 15 puestos en disputa. Las matemáticas son así de sencillas. La obligación de contribuir al logro de paridad es de todo mundo, las autoridades, los partidos políticos y también de las personas que iremos a votar el año próximo.

Nunca dejará de sorprenderme, sin embargo, que ante mandatos constitucionales claros y, peor aún, frente a una realidad a todas luces injusta que se debe mejorar, surjan quienes inventen pretextos para incumplir sus obligaciones al mismo tiempo que manipulan el discurso, de modo que sus palabras y sus acciones se hallen diametralmente opuestas. Es triste atestiguar que la coherencia no sea una virtud.

La semana pasada, dentro de lo que cabe, algo se avanzó con el Acuerdo del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, relacionado con la emisión de criterios generales que garanticen el principio de paridad de género en la postulación de candidaturas a las gubernaturas en los procesos electorales locales 2020-2021, en acatamiento a la sentencia dictada por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en el expediente SUP-JDC-2729-2020. Aunque debo reconocer que no comparto el proceso de regateo acontecido.

Como sea, prefiero centrarme en lo que se avanzó antes que en lo que quedó en deuda. No cabe duda de que el derecho a que se nos vote para puestos públicos está delimitado por el principio de paridad. Tampoco se puede negar que los partidos políticos tienen la obligación constitucional de postular sus candidaturas a la luz de ese principio de paridad de género. Por consecuencia, el deber que tienen las autoridades también es incuestionable. Ojalá que nadie se atreva a dar el espectáculo de llevar a sede judicial lo resuelto por el Consejo General del INE.

Ciertamente, a la autoridad electoral le tocó intervenir ante la pereza en las sedes legislativas, pero como la omisión en el cumplimiento de los deberes legislativos de adecuación del marco normativo no debe ser excusa de la observancia de los derechos humanos y mandatos de regularidad constitucional, da gusto lo actuado.

Así que tenemos hasta el próximo 15 de diciembre para observar lo que hacen los partidos políticos, nacionales y locales, con el fin de avanzar en el cumplimiento de la paridad en las candidaturas a las gubernaturas en juego. Luego podremos atestiguar lo que hagan los Organismos Públicos Locales a más tardar para el 31 de enero de 2021. Y el turno del INE llegará máximo para el siguiente 2 de abril.

No es menor que un posible desenlace sea la cancelación del registro de candidaturas o el ajuste por sorteo hasta conseguir la paridad. El ideal es que de aquí a entonces sean muchas más las miradas puestas sobre la mesa, porque burlarse de la paridad sería imperdonable. De por sí es poco que el piso sea de siete gubernaturas de las 15 en disputa, como para que no tenga repercusión. Y cuando digo repercusión, me refiero en las urnas, más que en otras instancias. Mientras tanto, sólo queda aguardar la publicación en el Diario Oficial de la Federación del aludido Acuerdo del Consejo General, y poner manos en esta obra.

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