Mota-Engil

La 4T "heredó" a contratista consentido del Grupo Atlacomulco

José Miguel Bejos, empresario mexicano con nexos con el Grupo Atlacomulco y viejo amigo de Enrique Peña Nieto, encabeza la filial mexicana de la constructora portuguesa Mota-Engil, a la que se le otorgaron contratos multimillonarios durante el sexenio anterior… y que no ha perdido su buena estrella.
miércoles, 21 de septiembre de 2022 · 05:56

José Miguel Bejos, empresario mexicano con nexos con el Grupo Atlacomulco y viejo amigo de Enrique Peña Nieto, encabeza la filial mexicana de la constructora portuguesa Mota-Engil, a la que se le otorgaron contratos multimillonarios durante el sexenio anterior… y que no ha perdido su buena estrella, pues la Cuarta Transformación le ha encargado trabajos en las obras emblemáticas del lopezobradorismo por un monto que supera los 50 mil millones de pesos.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Identificada con el gobierno de Enrique Peña Nieto y el Grupo Atlacomulco, la constructora portuguesa Mota-Engil ha consolidado su papel de contratista consentida de la administración de Andrés Manuel López Obrador y de gobiernos estatales aliados, que le han encargado obras de especial interés para el mandatario, como el Tren Maya o las carreteras hacia el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), por un monto que hasta el momento rebasa los 50 mil 852 millones de pesos.

Además, el empresario José Miguel Bejos, presidente de Mota-Engil México y amigo de Peña Nieto, ha sido beneficiado personalmente por la administración actual, pues Pemex entregó contratos por 18 mil millones de pesos a Opex Perforadora, Perforadora Profesional Akal-I y Perforaciones Estratégicas e Integrales Mexicana, tres compañías petroleras que el empresario creó días antes del arranque del gobierno.

Paradoja de la Cuarta Transformación: mientras Miguel Bejos y sus empresas cosechan contratos públicos al por mayor, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) lo investiga por las asignaciones de estaciones y subestaciones eléctricas que el gobierno de Peña Nieto entregó a la asociación entre Mota-Engil y el Sindicato Mexicano de Electricistas, a la par de que entregaba contratos de 19 mil millones de pesos a la constructora portuguesa.

La investigación contra Miguel, que el periodista Arturo Rodríguez reveló en la página web de Proceso el 10 de julio pasado, se enmarca en las indagaciones que la UIF desarrolla contra Peña Nieto y su primer círculo.

Sólo en los últimos dos años Mota-Engil obtuvo contratos multimillonarios para construir y operar carreteras que conectan la Zona Metropolitana con el aeropuerto de Santa Lucía, edificar un libramiento del Tren Maya para Campeche, otra obra carretera en Nayarit, el parque de diversión Aztlán en el Bosque de Chapultepec y está bien posicionada para obtener el contrato de la línea 4 del Tren Ligero de Guadalajara.

A estas obras se suma el contrato de 15 mil 538 millones de pesos que le adjudicó el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para construir el tramo 1 del Tren Maya en consorcio con la paraestatal China Communications Construction Company, o la adjudicación de la autopista Cuapiaxtla-Cuacnopalan por parte del gobierno poblano de Miguel Barbosa Huerta.

En su informe financiero de 2021, en el cual reportó ingresos globales por 2 mil 656 millones de euros, Mota-Engil destacó los “resultados muy sólidos” del grupo en México, donde sus márgenes de ganancias alcanzaron 13%. De acuerdo con su informe anual más reciente, México fue, después de Portugal, la segunda fuente de ingresos en efectivo del grupo en el mundo –sacó 55 millones 697 mil euros del país–, el segundo lugar en términos de ventas –por 396 millones 745 mil euros– y en términos de activos, con 419 millones 831 mil euros controlados.

A pesar de tener su sede en Europa, los principales contratos y negocios de Mota-Engil provienen de países de África –principalmente Angola, Ruanda y Guinea– y América Latina, con presencia en México, Colombia, Perú y Brasil. El año pasado, dos de las 18 obras más costosas estaban en México: el Tren Maya, cuyo año de terminación evaluó en 2026 –más de dos años después del plazo prometido por López Obrador–, y la carretera Tultepec-Pirámides.

Buena racha

Y la buena racha continuó este año. En febrero pasado el Fonatur le entregó, por adjudicación directa, un contrato de 4 mil 23 millones de pesos para diseñar y construir en urgencia un libramiento ferroviario del Tren Maya en Campeche, no previsto en el trazo inicial del megaproyecto.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2394 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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