Ocho de cada 10 mexicanos, insatisfechos con la democracia: estudio de Cambridge

lunes, 10 de febrero de 2020 · 20:04
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La democracia que conocemos atraviesa una fase de “malestar profundo” a nivel mundial, de la que México es la punta de lanza: más de ocho de cada diez mexicanos se sienten “insatisfechos” hacia el sistema democrático que rige el país, y ello quedó evidenciado en la elección de Andrés Manuel López Obrador –un “líder populista” – de acuerdo con un estudio académico reciente. El informe, publicado por el Instituto de Políticas Públicas Bennett –el cual pertenece a la prestigiosa Universidad de Cambridge– recopiló los resultados más de 3 mil 500 encuestas realizadas a más de cuatro millones de personas en distintos países entre 1973 y 2020, y encontró que el 57.5% de las personas está “insatisfecha” con la democracia, un 9.7% superior que hace veinte años. En México, la insatisfacción hacia la democracia se agravó de manera brutal entre los años 90 y el tiempo presente, periodo durante el cual PAN ocupó la presidencia de la República, en un fenómeno conocido paradójicamente como la transición democrática. “En ningún momento de esta transición, sin embargo, una mayoría de mexicanos expresó confianza en el proceso democrático; en gran parte, esto se debe a problemas endémicos de la violencia ligada a las drogas, el crimen organizado, la corrupción política o los asesinatos frecuentes de periodistas y defensores de derechos humanos”, planteó. Y abundó: “En 2018, en medio de un descontento político generalizado, López Obrador fue electo presidente con una plataforma de izquierda populista; hasta el momento, falta por saber si terminará como un Lula da Silva mexicano –capaz de articular justicia social y estabilidad económica—o algo más parecido al venezolano Hugo Chávez, cuya década de mala gestión llevó el país a su crisis económica, política y social más profunda”. Entre los factores que explican la desconfianza hacia el modelo democrático, el estudio citó las crecientes desigualdades en las sociedades –en la repartición del ingreso, principalmente--, y en América Latina señaló la continuidad de las políticas clientelares, la corrupción “endémica”, las tasas de asesinatos, las injusticias sociales “que persisten debido a una desigualdad increíblemente alta, tasas de imposición regresivas, y mercados laborales informales que excluyen a los pobres de los servicios y protecciones legales básicos”. De acuerdo con el estudio, el malestar respecto a la democracia aumentó en los años 90, y creció con más fuerza a partir de 2005, la era de la “recesión democrática global”, que afectó a prácticamente todos los países, a excepción de la llamada “isla del contentamiento”, formada por democracias nórdicas –Suiza, Dinamarca y Noruega-- y enclaves europeos como Suiza, Holanda o Luxemburgo, pero en la que vive apenas el 2% de la población mundial. “En Occidente crecen la polarización política, la frustración económica y los partidos populistas, lo que erosionó la promesa de las instituciones democráticas en materia de gobernanza”, plantea el informe. El estudio muestra la evolución del descontento democrático a lo largo de las últimas dos décadas, marcadas entre otras por las crisis económicas de los 90 en América Latina y Asia, la crisis financiera de 2008, el fenómeno de los refugiados, la votación del Brexit o las elecciones de Donald Trump en Estados Unidos y de Jair Bolsonaro en Brasil. El equipo de investigadores clasificó los países en cuatro categorías según los niveles de insatisfacción de sus ciudadanos; en la gráfica, se puede observar que los países más poblados del estudio –Japón, Estados Unidos, Francia, Nigeria, Brasil y México, entre ellos—viven un “malestar” o hasta una “crisis” democrática, con tasas de repudio superiores al 50%. De hecho, América Latina destacó como la región con mayores proporciones de insatisfacción hacia la democracia, con tres de cada cuatro habitantes descontentos, lo que se ilustró con “la erosión de las instituciones democráticas en Venezuela, Ecuador y Bolivia, las elecciones recientes de líderes populistas en México y Brasil, y las protestas violentas generalizadas en Colombia y Chile”. El estudio muestra que la insatisfacción hacia la democracia disminuyó en los primeros años de los gobiernos de izquierda en la región, como los de Lula en Brasil, de Hugo Chávez en Venezuela, de Rafael Correa en Ecuador o de Cristina Kirchner en Argentina.

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