CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La jefa del Fondo Monetario Internacional, Krixtalina Georgieva, afirmó que la crisis derivada de la pandemia de covid-19 abre una inmejorable oportunidad para construir un mundo más justo y equitativo, más verde y sostenible, más inteligente y, sobre todo, más resiliente. Desde la ciudad de Washington, y en vísperas de la reunión virtual del G-20 que se efectuará en Arabia Saudita, Georgieva dijo que la crisis mundial provocada por el coronavirus impone la necesidad de mantener el gasto público para estimular la economía. Y trazó una línea de prioridades entre las cuales destacó la urgencia de mantener y, si es necesario, extender las medidas de protección social, proseguir con el gasto público para impulsar la economía y aprovechar la oportunidad de construir un mundo más "justo" y "verde". "Tenemos una oportunidad de esas que se dan una vez en un siglo de construir mejor: un mundo más justo y más equitativo, más verde y sostenible, más inteligente y, sobre todo, más resiliente", resaltó.

No estamos fuera de peligro

La jefa del FMI reconoció que “todavía no estamos fuera de peligro”, pues no está descartada una segunda ola global de la enfermedad que, a su juicio, podría provocar más perturbaciones en la actividad económica. En sus estimaciones, el FMI espera que la economía global se contraiga un 4.9% este año, una crisis que, subrayó, en Latinoamérica implicará una caída del 9.4% del PIB. Georgieva admitió que los crecientes e imponentes niveles que alcanza la deuda son "una preocupación seria", pero advirtió que, en este momento de la crisis, el costo de una retirada prematura es mayor que si se mantiene el apoyo hasta que sea necesario. En un momento en que muchos países han iniciado una reapertura, la directora gerente del FMI reconoció que el mundo está "en una nueva fase de la crisis" que va a requerir más agilidad de las políticas para asegurar una recuperación que sea duradera y compartida. Con información de la agencia AFP. Te recomendamos: FMI: recortar muy pronto el gasto público podría descarrilar la recuperación