MONTERREY, N. L. (proceso.com).- Evelyn (Michelle Yeoh) es una migrante china que lleva una vida al borde del colapso: su lerdo marido está a punto de dejarla, el negocio de la lavandería le ocupa todo su tiempo, pero tiene que darse espacio para preparar las comidas y atender a su hija que le presentará a quien es su novia. El papá necio la trata como una perdedora, y la encargada de la recolección de impuestos está a punto de embargarla, por deficiente contabilidad.

Ahogada en problemas, y en medio de una situación absurda y burocrática, se abre una brecha en el tiempo para que un inesperado emisario de otra dimensión, le diga que es la elegida para salvar el mundo y todos los universos infinitos que están ocultos en la aburrida actualidad que lleva la humanidad.

En "Todo en Todas partes al Mismo Tiempo" (Everything Everywhere All at Once, 2022), los guionistas y directores Daniel Kwan y Daniel Scheinert arman una bizarra comedia de acción existencial, social, filosófica y de ciencia ficción, con humor de adultos, para denunciar el conformismo en el que se ha metido la gente, indiferente a la posibilidad de armar su propia historia de aventuras, llena de emociones y excitación, frente a la apatía en la que elige permanecer.

Esta aventura visual extrema brilla por su complejidad temática, frente a la sencillez de la imaginería visual. Aunque toda la cinta es una explosión multicolor, con asombrosas viñetas provocadas por los saltos temporales y espaciales, entre universos ignotos, improbables y con panoramas nunca antes apreciados, en realidad la producción utilizó, con maestría, sencillos recursos de videoclip. Con toneladas de ingenio se muestran secuencias armadas en el cuarto de edición, que resultaron en un sorprendente viaje alucinatorio, a veces sobrecargado de efectos, al que ingresa esta abrumada ama de casa.

La odisea positiva y propositiva de la señora, de alguna forma inusual muestra cómo es, en la intimidad de la cabeza, el caos que habita en cualquier persona abrumada por sus circunstancias. Lo mejor es que las experiencias que parecen desordenadas, le van ayudando a encontrar un sistema para conducirse entre su propia desorientación hasta encontrar la forma correcta de hacer todo en su presente. Es en el empoderamiento, cuando esta mujer encuentra la mejor forma no de salvar el mundo, si no su propia familia, que está a un paso de hacerse trizas.

La malasia Michelle Yeoh está en plan superior. Ahora es presentada como inusual protagonista en una cinta que trae tonalidad de comedia cuando ella, generalmente, es personaje de apoyo en cintas de artes marciales, disciplina en la que se maneja con soltura por sus extraordinarios dotes para el ballet clásico. Soporta entero el peso de la película con un carisma tremendo y muchas piruetas.

Es acompañada por un elenco secundario de primera, encabezado por Jamie Lee Curtis, despojada de cualquier glamour, renegando de su belleza de la década de los 80 y presentándose como una burócrata con sobrepeso que persigue en alucinaciones a la señora, a la que le debe encajar el diente hacendario a su negocio. Humilde, se subordina muy bien al papel y luce horrorosa y adorable.

Los Daniels hacen su propia versión de multiverso, de una forma diferente a las que presenta el Doctor Strange y el universo Marvel, que, por supuesto, no patentaron el concepto, que ya había sido presentado, mucho antes en producciones como Corre, Lola, Corre (1998), Un Hombre de Familia (2000), El Efecto Mariposa (2004) y Deja Vú (2006), entre otras tantas.

Todo en "Todas partes al Mismo Tiempo" tal vez no es la mejor película de este año, pero sí es, seguro, la más original.