El Salvador: Remesas transformadoras

martes, 16 de agosto de 2005 · 01:00
San Salvador, 12 de agosto (apro) - Lo que no pudo lograr una revolución o alguna reforma política en El Salvador, lo consiguió la moneda estadunidense: el dólar Pueblos enteros que sucumbían en el abandono durante las pasadas décadas hoy están convertidos en algo parecido a "los oasis en medio de los desiertos" El dólar circula en las calles y en caseríos más recónditos de esta nación centroamericana, no por el empuje económico, sino por el ímpetu imparable de las remesas familiares que se reciben desde Estados Unidos desde hace años y que se han convertido en fuente de desarrollo, aunque sea parcial, como perciben algunos analistas En los últimos 50 años El Salvador ha tenido tres importantes oleadas migratorias: la iniciada a finales de la década de 1960, a raíz de una guerra fronteriza entre Honduras y El Salvador (1969), cuando grandes contingentes de salvadoreños fueron obligados a regresar a su país de origen después de abandonar sus propiedades y cultivos en el campo hondureño Estas decenas de miles de campesinos se establecieron en la zona norte montañosa, que en breve tiempo se convirtió en foco de rebeldía y durante la guerra civil (1980-1992), en bastión guerrillero La guerra civil salvadoreña, según datos oficiales, habría expulsado a cerca de un millón de personas que huyeron de la represión y de la contingencia bélica Su destino en esta ocasión fue Estados Unidos La tercera oleada migratoria es la que se abrió con el final de la guerra (1992) y que se mantiene: más de un millón y medio de salvadoreños se han ido durante la posguerra en busca de trabajo y bienestar Aquiles Magaña es uno de los directores y fundadores de la organización defensora de los inmigrantes salvadoreños y centroamericanos denominada "Carecen" Tiene 25 años de vivir en Estados Unidos y ha regresado para hacer un estudio sociológico de la migración en este país y sus efectos en sus lugares de origen El estudio contempla más de 50 comunidades del oriente de El Salvador "Luego de 25 años de permanecer fuera de El Salvador, lo que veo ahora es un país transformado, es ahora un país que se está reinventando Pero esta transformación no la están haciendo las clases privilegiadas y ricas, porque éstos continúan en sus mismos lugares y espacios La transformación la están haciendo las clases pobres, en sus lugares pobres, sobre todo en el sector rural, antes olvidados y hoy se están modernizando", explica Magaña cuenta la experiencia de haber visitado, en el caserío Pierdas Blancas, al padre de un amigo que vive en Washington "En este lugar el 100 por ciento de las familias tienen al menos a un familiar residiendo en Estados Unidos Pero el padre de este amigo ha construido con el dinero que le envían sus hijos una casa con todos los lujos: pisos de mármol, doble salas, cielos altos; la cocina más grande que el piso donde vivo ¿pero qué pasa? No tiene agua potable En ese pueblo no llega el servicio de agua potable ni de alcantarillado, pero tienen casas de lujo", apuntó "Pobres dólares" Investigador y activista social, Magaña estima que El Salvador se ha beneficiado no sólo de remesas monetarias, que este año sobrepasarán los 3 mil millones de dólares y que equivalen al 15 o 16 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), sino de lo que él llama "remesa cultural, social y política" La inmensa mayoría de la población inmigrante es bilingüe, se inserta en una sociedad exigente, respeta las leyes y tributa En El Salvador no hay cultura de respeto a las leyes; y la sociedad incentiva el individualismo y la desconfianza Por ello Magaña cree que la población inmigrante se está beneficiando cuando aprende inglés, tiene que estudiar y culturizarse, además de lograr un concento amplio de ciudadanía "Tenemos el ejemplo de un señor que se llama Hugo Salinas, originario de Intipucá, en la provincia de La Unión Es un inmigrante que se fue a Washington hace muchos años Es un hombre socialmente muy activo y ahora un empresario exitoso Allá ha sido un activo cooperante para los inmigrantes salvadoreños que van llegando a Estados Unidos, una persona muy apreciada y se está postulando para ser el próximo alcalde de Intipucá, su pueblo, por el partido conservador y oficialista Alianza Republicana Nacionalista (Arena)", continua Magaña, quien destaca que a diferencia de otros políticos tradicionales, Salinas tiene un fuerte compromiso social que ya ha demostrado con su población Pasaquina, Intipucá, Chirilaguan y Pierdas Blancas, entre otras, eran antes poblaciones pobres y prácticamente olvidadas Hoy sus calles están pavimentadas y en el centro de las poblaciones se observan pujantes comercios y servicios Anuncios de Gigante Express, Western Union o de Bancos Agrícola y el Cuscatlán, ofreciendo el servicio de remesas, indican el movimiento del dólar estadunidense, los llamados "pobres dólares", que esconden las tragedias de los inmigrantes Vecinos inmigrantes En 2001 el expresidente salvadoreño Francisco Flores tomó una trascendental determinación económica: impuso el dólar estadunidense como moneda nacional, sustituyendo al colón La base de tal medida fueron las abundantes reservas internacionales que poseía El Salvador, así como el casi garantizado y creciente flujo de remesas familiares procedentes de Estados Unidos que año con año experimentan incrementos de hasta el 20 por ciento La dolarización iba a propiciar, según la publicidad oficial, la generación de empleo, la reactivación económica, las inversiones nacionales e internacionales, así como la liberación del país de las inflaciones Al cabo de cuatro años los economistas locales indican que ningunas de las promesas se han cumplido Lejos de ello, el deterioro es más que evidente: El Salvador es el país que menos crece y menos inversiones capta en Latinoamérica, de acuerdo con informes recientes de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) Por otra parte, el deterioro social propicia altos niveles de violencia y de una migración hacia el "norte", que no tiene freno Pese a ello, René Rivera, de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), explica el fenómeno de la ya notable migración de trabajadores hondureños y nicaragüenses que están llegando a laborar en los ingenios azucareros, en los algodonales, en la construcción y hasta en otras áreas reservadas para los estratos más excluidos de la sociedad salvadoreña, como las labores domésticas, incluso la prostitución "No hay aún cifras oficiales de este fenómeno, pero casa vez son más las voces y las situaciones que indican que se está dando y que es creciente", dice Rivera, quien lo atribuye a las crisis sociales por las que atraviesan también los vecinos de El Salvador "En el oriente salvadoreño el 40 por ciento de los hogares están recibiendo remesas, pero además escasea la mano de obra porque la población de jóvenes y hombres, fundamentalmente, han emigrado hacia Estados Unidos", apunta el economista, quien agrega que a esa mano de obra "ausente" es la que está sustituyendo la población nicaragüense y hondureña Rivera dice que nicaragüenses y hondureños están también enviando remesas desde El Salvador hacia sus países El Salvador es "como un Estados Unidos en chiquito", dice el analista, y ejemplifica: vienes como ilegales, son perseguidos por las autoridades, venden barato su trabajo, realizan labores que los nacionales ya no quieren hacer y envían remesas

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