Revista Proceso

El impacto económico-militar

La Sedena ha asegurado 344 armas de la marca Barrett Firearms Manufacturing, Inc.: dos escopetas y 342 fusiles, entre ellos 339 calibre .50 con un total de 339, según datos de solicitudes de acceso a la información pública.
sábado, 14 de agosto de 2021 · 12:48

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El poderío del armamento en manos de la delincuencia organizada ha quedado registrado en numerosos ataques tierra-aire contra las Fuerzas Armadas.

En Michoacán, un grupo presuntamente vinculado con el cártel de Los Caballeros Templarios disparó contra un helicóptero que pertenecía a la oficina del fiscal general del estado. En el ataque, el 6 de septiembre de 2016, se usó un rifle Barrett calibre .50 y murieron el piloto y tres oficiales, de acuerdo con la demanda del gobierno de México contra los fabricantes de armas estadunidenses.

Esta y otras agresiones se incluyen en el apartado de la demanda que refiere “incidentes violentos notorios que les dan un aviso continuo a los acusados de que se trafican armas a México”. Se añade que éstos reciben notificaciones por medio de informes de los medios y por las solicitudes de rastreo de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos.

La Sedena ha asegurado 344 armas de la marca Barrett Firearms Manufacturing, Inc.: dos escopetas y 342 fusiles, entre ellos 339 calibre .50 con un total de 339, según datos de solicitudes de acceso a la información pública.

También se dice en la demanda que “el acusado Barrett fabrica un rifle de francotirador calibre .50 que puede derribar helicópteros y penetrar vehículos ligeramente blindados y cristales blindados. Se ha convertido en una de las armas favoritas de los cárteles. Barrett comercializa su rifle de francotirador como arma de guerra (el modelo Barrett 82A1 está probado en batalla y alcanza mil 800 metros), pero lo vende al público en general sin restricción”.

La Sedena registra 13 aeronaves con daños por arma de fuego de 2012 a mayo de 2021. Uno de los casos ocurrió el 1 de mayo de 2015 en Jalisco, cuando grupos armados provocaron bloqueos, enfrentamientos e incendios en varias zonas del estado, pero también derribaron un helicóptero de la Defensa con un lanzacohetes.

En ese ataque a la aeronave EC-225, matrícula 1009, murieron seis personas y 15 resultaron heridas, indica información obtenida vía transparencia por Proceso. En el registro de la Sedena, el incidente no aparece como agresión con arma de fuego sino como pérdida total del helicóptero y se indica que la indemnización fue de 36 millones 882 mil 200.49 dólares y que el aparato se dio de baja.

En 2013 se reportó que la aeronave Bell 206 L-IV, matrícula 1640, sufrió una agresión con arma de fuego y el monto de la indemnización fue de 29 mil 16.99 dólares y continuó en servicio.

Ese mismo año el helicóptero Bell 206 B-III, matrícula 1669, también fue agredido y la indemnización ascendió a 2 mil 880 dólares, pero siguió utilizándose.

En 2014, un Bell 206 L-IV con matrícula 1658 fue alcanzado por arma de fuego, la indemnización fue de 163 mil 573.51 dólares y continúa en la Fuerza Aérea.

Asimismo, en 2016 las aeronaves Bell 407 GX, matrículas 1305 y 1314, fueron blanco de ataques y ameritaron indemnizaciones respectivas de 29 mil 16.99 y mil 270 dólares. Ambas siguen en funcionamiento.

Un año después, un Bell 206 B-III, matrícula 1633, fue dañado con arma de fuego y le correspondió una indemnización de 14 mil 191.21 dólares. Continuó en servicio y posteriormente causó baja por causas ajenas al siniestro.

En cuanto a las aeronaves Bell 407 GX matrículas 1301, 1303 y 1309, sufrieron daños que generaron indemnizaciones por 9 mil 750, 264 mil 273.21 y 3 mil 900 dólares, respectivamente. Continúan a cargo de la comandancia de la Fuerza Aérea.

En 2019 las aeronaves Bell 407 GX matrícula 1308 y UH-60M matrícula 1063 fueron alcanzadas por disparos y sus indemnizaciones fueron de 83 mil 494.01 y 13 mil 747.00 dólares. En 2020 la aeronave Bell 407 GX matrícula 1305 también fue agredida y la indemnización fue de 240 mil 493.16 dólares. Todas ellas siguen en la Fuerza Aérea.

Este año la aeronave UH-60M matrícula 1062 causó baja por un siniestro similar y está en valoración el monto de la indemnización y la baja.

La Sedena también reportó casos de daño estructural, pérdida total, daños al motor, daño por tormenta con granizo, descarga eléctrica en vuelo, daño en el rotor principal y daño por impacto con cables de aeronaves.

Este semanario también solicitó información sobre ataques a aeronaves de la Secretaría de Marina. La respuesta fue que la dependencia tiene un registro de ataque a balazos el 20 de agosto de 2020 contra una aeronave de ala móvil modelo Black Hawk, matrícula ANX-2300. Los daños materiales y estructurales fueron reparados. El costo del casco ascendió a 27 millones 986 mil 727.66 dólares. No obstante, la secretaría reservó cinco años los contratos con las aseguradoras en caso de accidentes.   

 

Reportaje publicado en la edición 2336 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí.

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