Edil de Chilpancingo rechaza estar vinculado al crimen organizado

miércoles, 29 de enero de 2014 · 12:22
CHILPANCINGO, Gro., (proceso.com.mx).- “Es muy fácil abrir la boca”, refutó Mario Moreno Arcos, alcalde priista de Chilpancingo, a las acusaciones del empresario Pioquinto Damián Huato, líder local de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco). Ayer, Damián Huato sufrió un atentado cuando circulaba sobre el carril norte-sur de la autopista del Sol, a la altura del Parador del Marqués. El empresario resultó ileso, mas no así su nuera, Laura Rosas Brito, quien fue asesinada. Previo al atentado, Pioquinto Damián Huato había acusado al edil de Chilpancingo de estar vinculado al crimen organizado. Durante una asamblea con pobladores de El Ocotito, el empresario llamó a Moreno Arcos “un bribón que entregó el municipio a la delincuencia”. En respuesta, en una entrevista con un noticiero local, el alcalde priista refutó: “Es muy fácil abrir la boca, lo difícil es demostrar los señalamientos”. La banda de Los Rojos y la autodefensa de la UPOEG Desde el año pasado, representantes del sector productivo de Chilpancingo han denunciado el recrudecimiento de extorsiones, secuestros y asesinatos en la capital guerrerense. EL dirigente empresarial Pioquinto Damián Huato denunció públicamente que la policía municipal de Chilpancingo estaba al servicio del grupo criminal “Los Rojos” y detenía a jóvenes que eran trasladados al vecino poblado de Zumpango, donde los criminales decidían si los mataban o no. También, dirigentes del sector transportista denunciaron que desde diciembre opera una red de más de 200 ‘narcotaxis’ en esta capital, donde se han reportado agresiones sexuales contra mujeres, robos a pasajeros y asesinatos de choferes. A pesar de las denuncias y los crímenes que tienen aterrorizados a la población, las autoridades han sido omisas en actuar para revertir esta situación de violencia e impunidad. “Los Rojos” es un remanente del extinto cártel de los hermanos Beltrán Leyva que opera en la región Centro, Montaña y parte de la Sierra bajo el manto protector de autoridades de los tres niveles de gobierno, indican reportes oficiales. El jefe de esta pandilla es identificado con el nombre de Leonor Nava Romero, “La Garra”, quien fue detenido en el poblado de Zumpango durante un operativo militar y trasladado al penal de máxima seguridad de Tamaulipas acusado de los delitos de homicidio, secuestro y narcotráfico. No obstante, dos meses después un juez federal liberó al jefe delincuencial mediante el pago de una fianza de 13 mil 238 pesos, señala la resolución judicial emitida el 10 de noviembre por el juez Primero de Distrito en materia de procesos penales con sede en Tamaulipas. “La Garra” asumió el mando de esta pandilla tras la ejecución de su hermano José Nava Romero, “Don Che”, quien fue asesinado al interior de un palenque de gallos la madrugada del 16 de junio en San Andrés Cholula, Puebla. Ante la criminal indolencia gubernamental, los pobladores del valle de El Ocotito se organizaron y solicitaron el apoyo del grupo de autodefensa de la Unión de Pueblos y Organizaciones del estado de Guerrero (UPOEG) para enfrentar directamente a la delincuencia. Actualmente, los guardias comunitarios de la UPOEG asumieron el control de la seguridad en las ocho comunidades que conforman el valle de El Ocotito y ayer se extendieron a tres más, con lo que suman 11 comunidades donde se gesta un movimiento de autodefensa en Chilpancingo. Previo al atentado, el empresario Pioquinto Damian había manifestado su apoyo al movimiento impulsado por el activista indígena Bruno Plácido y estaba realizando acciones para el ingreso de la autodefensa a la capital guerrerense.

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