Salta de Matamoros a otras regiones del país el descontento de los obreros

lunes, 11 de febrero de 2019 · 13:38
MATAMOROS, Tamps. (apro).- Los paros y huelgas del Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales de Industrias Maquiladoras (SJOIIM) se extendieron a otros sectores, debido a que en esta ciudad fronteriza existe un alto porcentaje de trabajadores sindicalizados –se estima en 90%--, afirman especialistas del Colegio de la Frontera Norte y de la Universidad Autónoma de Nuevo León. En días pasados, trabajadores de otras 45 maquiladoras y empresas del sector servicios afiliadas a otros sindicatos ajenos al SJOIIM llevaron a cabo paros y se preparan para estallar huelgas en demanda de un aumento en sus salarios y el pago de un bono, peticiones similares a los que ya lograron los obreros afiliados al SJOIIM. Los nuevos paros también provocaron que otros obreros de maquiladoras de la región, como en la vecina ciudad de Reynosa, iniciaran negociaciones con los patrones por un aumento salarial. Además, en Monterrey, la CROC comenzó a repartir volantes para intentar que trabajadores de Walmart se afilien a sus sindicatos para demandar aumento de salarios. Mientras que el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales y de la Industria Maquiladora informó que ya concluyeron los emplazamientos a huelga de las 48 Plantas Maquiladoras que se encontraban en revisión de tabulador. “Llegando con cada una de ellas a un arreglo favorable, dando cumplimiento a las demandas de nuestros trabajadores agremiados”, aseguró un comunicado del SJOIIM. Los logros de los huelguistas y los nuevos paros fueron analizados por la Doctora Cirila Quintero, investigadora del Colegio de la Frontera Norte (Colef). “El pasado 25 de enero, 45 maquiladoras, con un total de 30 mil trabajadores, se fueron a huelga en Matamoros, Tamaulipas. El hecho llamó la atención particularmente porque se argumentó la ruptura de la paz laboral, entendida ésta como la ausencia de huelgas y de conflictos laborales que había prevalecido en el país,” aseguró Quintero. “El estallido de las huelgas fue asociado con el incremento salarial, anunciado por el gobierno federal, en la frontera a 176 pesos y el no cumplimiento por parte de las empresas”, agregó la académica. Quintero destacó que el aumento fue sólo una parte del conflicto ya que en Matamoros algunas empresas ya pagan casi los 176 pesos diarios. La académica del Colef destacó que el Sindicato de Jornaleros tiene una gran tradición en la defensa de sus agremiados, lo que lo distingue de otros sindicatos “charros” de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Otros sindicatos que comenzaron paros no tienen las conquistas de lo alcanzado por el de los Jornaleros, ya que su Contrato Colectivo le permitió demandar el 20% de aumento y el bono de 32 mil pesos. Los contratos de los otros sindicatos no prevén estas conquistas, aseguró la doctora Quintero. Además, los trabajadores de los otros sindicatos que ya pararon no pueden ir más allá dado que algunos ni revisión contractual tienen en este momento, sino hasta el mes de abril. Para Cirila Quintero los triunfos alcanzados por los obreros de las 45 maquiladoras que se fueron a huelga desde el 25 de enero y que recién concluyeron fueron por las negociaciones del sindicato de Jornaleros. Para el Colegio de la Frontera Norte la abogada Susana Prieto no se puede adjudicar esos logros ya que ella no forma parte del Sindicato, pero en cambio sí ha mal informado a otros trabajadores, creándoles falsas expectativas. Despidos masivos La huelga que recién concluyó para unos 35 mil obreros de 45 maquiladoras logró para toda la demanda de un 20 % en el salario y un bono único por 32 mil pesos. Desde los inicios el movimiento obrero intentó ser frenado por funcionarios del gobierno federal. Para mediar en las negociaciones arribaron desde la Ciudad de México, Luisa María Alcalde, Secretaria del Trabajo, y Alfredo Domínguez Marrufo, subsecretario de esa dependencia. Las autoridades de Tamaulipas informaron, por medio del Subsecretario de Gobierno Pedro Silva Rodríguez, que ellos sólo prestaron las instalaciones de la Junta Estatal de Conciliación y Arbitraje, pero que las negociaciones y acuerdos entre los obreros y las maquiladoras automotrices son de orden federal. No obstante, del éxito de la huelga se estima que cerca de mil 500 trabajadores han sido despedidos aun cuando se firmó un acuerdo con el sindicato de no despedir a los obreros. “Los despedidos están siendo indemnizados al cien por ciento”, informó a Proceso la abogada Susana Prieto Terrazas, asesora legal de los obreros. Mencionó que los obreros toman las indemnizaciones pese a que se les pide que demanden reinstalación. “A una persona que vive al día, y que tiene 15 años de antigüedad, le ponen un cheque de 400 mil pesos a la vista, y luego le dices, que no los acepte porque el despido es injustificado y no te escucha”, afirmó la abogada. “Te contestan que trabajo siempre habrá, que seguirán en la lucha, pero que por lo pronto, ahí está ese dinero que es de ellos”, concluyó. Nueva central obrera Para el Colegio de la Frontera Norte las huelgas de Matamoros fueron un laboratorio para visualizar la reconfiguración de las relaciones laborales en espacios altamente sindicalizados. El descontento sobre condiciones laborales (contratación temporal, bajos salarios, subcontratación, reducida seguridad social, de sindicalización, etc.) es una situación generalizada que se vive de forma individual desde hace décadas en otras regiones del país, según la doctora Lylia Palacios, investigadora de la Universidad Autónoma de Nuevo León. “Esto que se llama vulnerabilidad laboral tiene su correlato en la pérdida, ausencia o desconocimiento de derechos colectivos, así como la no experiencia de las últimas generaciones asalariadas en organización y participación gremial o sindical”, aseguró Palacios. La investigadora de la UANL resaltó que es difícil prever en el corto plazo si existirá un "florecimiento" de una movilización gremial o sindical en otras partes del país. La "exigencia de derechos" en una posibilidad sectorial y regional relacionada directamente con la subsistencia de cierta vida de organización gremial, añadió. En ese sentido, la investigadora de la UANL destacó el reciente anuncio sobre la creación de una nueva central obrera, cuya dirigencia encabeza el senador por Morena Napoleón Gómez Urrutia. “En el caso de esta nueva central obrera, lo que es más fácil de derivar es la necesidad gubernamental de hacerse de su propia fuerza corporativa como elemento necesario para crear consenso para las políticas federales en curso y por venir”, dijo Lylia Palacios. “Nuevamente estamos ante la repetición de la historia con la salvaguarda marxiana de suceder primero como tragedia y después como farsa”, agregó. Recordó que en 1936 el presidente Lázaro Cárdenas cristalizó con la CTM el proceso corporativo que en poco tiempo marginó, eliminó o absorbió a los numerosos sindicalistas, activistas anarquistas, comunistas, etc. que lucharon por hacer realidad el artículo 123 constitucional. “La nueva central corporativa lopezobradorista surgiría en el contexto de más de 30 años de represión y desarticulación de la vida sindical, del sometimiento de los asalariados al outsourcing y del imperio del contrato de protección como el mejor negocio entre empresarios y corporaciones sindicales”. La lista de los "líderes obreros" convocados para la eventual nueva central, confirma la farsa neocorporativa, “que será doblemente trágica para los asalariados de este país”, concluyó Palacios.

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