Ganan la guerra los barones de las armas

sábado, 29 de marzo de 2003 · 01:00
Washington, (apro) - Las palabras del general estadunidense en el frente del Golfo Pérsico sonaron como música en los oídos de los ejecutivos de la firma de Lexington, en Massachussetts Citado por el diario The Washington Post, al cual le pidió mantener el anonimato, el alto militar afirmó que, viendo que la estrategia para la invasión de Irak no estaba marchando en sus primeros días todo lo bien que se había previsto, se hacía necesaria una nueva campaña de “bombardeos estratégicos” de por lo menos 35 días, similar a la que se aplicó durante la primera guerra del Golfo, en 1991 El miércoles último, hablando ante los jefes del Pentágono, el previsor presidente estadunidense, George Bush, explicó que su pedido al Congreso de fondos suplementarios, por unos 75 mil millones de dólares, deberá servir para sostener económicamente la “masiva misión” de las fuerzas militares norteamericanas que están invadiendo Irak Entre los principales gastos, señaló el presidente el miércoles, y también el viernes, al hablar en la Casa Blanca ante un grupo de veteranos de guerra, figura “el reemplazo de la municiones de alta tecnología que estamos ahora dirigiendo contra el régimen de Saddam Hussein” Esas “municiones” provienen, en gran parte, de las plantas de producción de la Raytheon, que tiene su cuartel general en Lexington Después de diez días de guerra en el Golfo Pérsico, las informaciones provenientes de Washington y Bagdad no permiten todavía establecer un cuadro fiel de la marcha de las operaciones militares, ni de quién está más cerca o más lejos de la victoria Pero entre los mercados bombardeados, los muertos y los prisioneros emergió un ganador: la firma Raytheon, responsable del diseño y la fabricación de los misiles Tomahawk que estuvieron cayendo por miles sobre territorio iraquí Según estiman los expertos en Washington, en apenas las primeras 24 horas del ataque sobre Irak, las fuerzas norteamericanas dispararon 500 de estos misiles, la mitad de los que llevaron hasta el Golfo Pérsico A pesar de fallos clamorosos como los proyectiles que cayeron en territorio de Turquía e Irán, o los que despedazaron dos mercados populares en Irak, los Tomahawk cuentan con un sistema de guía por láser tan sofisticado que le permite cambiar de blanco después de disparado El arma gusta tanto en el Pentágono, que la Raytheon Missile Systems, subsidiaria de la casa matriz de Lexington, anunció que ya está poniendo a punto otros 400, esta vez actualizados con el Sistema de Posicionamiento Global (SPG), que debería servirle para volar a más baja altura y ser más certero en la elección “inteligente” de sus blancos Es más, una portavoz de la Marina anunció en estos días que esa fuerza piensa reaprovisionarse con “miles” de misiles de la nueva generación de Tomahawks que, al contrario de los actuales, que cuestan 14 millones, saldrán “solamente” en 600 mil dólares Raytheon es uno de los principalísimos contratistas del gobierno estadunidense en materia de defensa En mayo último entregó 624 misiles “actualizados” a la Marina, en el marco de un contrato por 414 millones de dólares, y actualmente disfruta de otro por 320 millones con el ejército, para la provisión de 434 proyectiles Según datos de la propia compañía, la Raytheon tuvo en el 2002 ventas por 16 mil 800 millones de dólares En esta nueva guerra contra Irak, son varias las corporaciones que ponen su firma en el armamento norteamericano, desde Boeing con sus helicópteros Apache y Lockheed Martin y sus caza F-16, a la General Dynamics con sus tanques M1-A2, Abrams y Sikorsky Aircraft con los helicópteros de combate Black Hawk Según los expertos financieros, la mayoría de estas empresas todavía no registraron ganancias extraordinarias a causa del conflicto en el Golfo Pérsico, ya que las fuerzas armadas estadunidenses cuentan todavía con importantes provisiones de armamento y municiones Pero entre ellas, Raytheon es la que se mantiene firme entre los diez papeles más activos del “big board” del mercado bursátil neoyorquino, codo a codo con gigantes como Exxon Mobil y General Electric, y acompañado también, en estos días, por otro grande del sector de la defensa, Northrop Grumman, también dedicado al armamento de alta tecnología En la semana que terminó, Raytheon se mantuvo entre los 277 y los 283 puntos en su cotización Aunque parezca paradójico, Raytheon y otras empresas no apuestan a la extensión en el tiempo de la guerra en el Golfo Pérsico para hacer crecer aún más sus ventas Según un analista de la firma especializada en defensa JSA Research, “si la guerra marcha favorablemente, la opinión pública seguirá detrás de Bush y habrá grandes aumentos en los fondos para la defensa a lo largo de esta década” En cambio, si las cosas marchan mal, “los críticos de la invasión pueden encabezar una fuerte oposición al sostenido crecimiento de los gastos de seguridad que se viene registrando desde el día siguiente a los atentados del 11 de septiembre del 2001 contra el Pentágono y las Torres Gemelas de Nueva York” Para Raytheon, la aprobación de mayores gastos en el sector de la defensa son la base de sus negocios Si Estados Unidos vence rápidamente, la guerra en Irak podrá extender todavía más sus mercados, pero las compras de las fuerzas armadas norteamericanas forman la parte del león de sus multimillonarias ventas Entre los jefes militares estadunidenses, el prestigio de la Raytheon no puede ser mejor Según uno de los voceros de la Marina, Danny Hernández, el desempeño de los Tomahawk “es simplemente impresionante” Pero las empresas contratistas del Pentágono saben que no son solamente los militares quienes deben estar contentos con sus armas y sistemas de alta tecnología Según el Center for Responsive Politics (CRP), el “watchdog” que sigue de cerca las donaciones hechas por las corporaciones estadunidenses a los candidatos políticos, “aunque este sector a menudo brinda muchos menos fondos de campaña que cualquiera de los otros, sigue siendo uno de los más poderosos” a la hora de hacer cabildeo en el Congreso Su fórmula es sencilla, explican: “Los contratistas de la defensa apuntan sus contribuciones efectivamente hacia miembros clave de las comisiones parlamentarias para incrementar el impacto de sus donaciones” Como no podía ser de otra manera, durante la campaña política del 2000, el entonces aspirante republicano, George W Bush, recibió unos 191 mil dólares de la Raytheon, según los datos del CRP, contra los algo más de 43 mil del candidato demócrata Al Gore, quien ni siquiera figuró entre los diez primeros recipientes de los cheques de la empresa de Lexington Pero, en ese mismo periodo, no fue Bush el “favorito” de Raytheon, sino el diputado republicano por California Duncan Hunter, quien recibió 192 mil dólares en el 2000 y 209 mil en la carrera electoral del 2002 Confirmando el argumento del CRP, Hunter es nada menos que el presidente del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, un diputado que a principios de marzo pagó un aviso en el Wall Street Journal para decir que “la defensa necesita dólares” Por supuesto, Hunter es un decidido impulsor de la implementación del “sistema de defensa misilístico” que también sostiene el presidente Bush En 1993, según recuerda la organización Raytheon Watch, un grupo de abogados que defiende a empleados despedidos por la empresa, la firma de Lexington debió pagar 37 millones de dólares para arreglar extrajudicialmente las acusaciones que señalaban que había sobrevaluado sus ventas al ministerio de Defensa, al inflar los costos de mano de obra en la producción de los famosos Patriot “Si bien un ciudadano común hubiera sido arrojado a la cárcel por cometer una estafa de esta magnitud”, dicen los voceros de Raytheon Watch, los fabricantes de misiles “fueron recompensados por este fraude, al recibir, pocas semanas antes del arreglo extrajudicial, un contrato de 625 millones de dólares del Ejército para modernizar los radares del sistema Patriot, y otro contrato de 18 millones de la fuerza de marines para reforzar el sistema de defensa aérea Hawk” Mientras sus bombas siguen volando sobre Irak, los diseñadores de Raytheon no dejan de trabajar La versión Block II de los Tomahawk fueron una de las estrellas de la primera Guerra del Golfo, durante la cual se estrenó el nuevo modelo Block III con el SPG Ahora están trabajando en el Tactical Tomahawk, que ya cuenta con un contrato de compra por 2606 millones de dólares de la Marina y, se supone, serán tan “inteligentes” como para poder permanecer en vuelo durante horas hasta poder dar de manera efectiva en su blanco Según David Mulholland, uno de los editores de la revista especializada Jane's Defence Weekly, a la Raytheon le esperan años de suculentos negocios porque “los militares de Estados Unidos siempre están buscando contar con armas cada vez más precisas” Pero la apuesta de la empresa no serán solamente los Tomahawk sino, dice Mulholland, “negocios más grandes” De todas maneras, la firma de Massachussetts está aprovechando la “publicidad” que le están haciendo los militares norteamericanos “La guerra los va a ayudar –concluye el experto--, porque pondrá en la cabeza de la gente la noción de que realmente hay que comprar este tipo de cosas”28/03/03

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