Concentración de la fuerza

sábado, 2 de junio de 2007 · 01:00
México, D F (apro)- Durante décadas, el régimen autoritario del PRI se caracterizó porque sus servicios de seguridad e inteligencia estuvieron al servicio de la clase política en el poder y, en particular, del presidente en turno La Dirección Federal de Seguridad (DFS), creada en 1947 y desparecida en 1985 en franca descomposición por sus vínculos con el narcotráfico, se convirtió en el símbolo de ese autoritarismo Con el pretexto del combate a la inseguridad, ese aparato policial que al mismo tiempo tenía funciones de investigación y operativas fue utilizado para la persecución de los enemigos del régimen, más que para la seguridad interior del Estado, con las conocidas consecuencias de violaciones a los derechos humanos Cuando la DFS desapareció tras el asesinato del periodista Manuel Buendía, el 30 de mayo de 1984, y por el que está encarcelado su último director, José Antonio Zorrilla Pérez, la reestructuración de los aparatos de inteligencia del Estado mexicano se encaminó a la separación de ambas funciones La creación, en 1989, del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) tuvo como propósito acabar con lo que en la práctica se conoció como la policía política del régimen, si bien ese organismo siguió y sigue desarrollando actividades de investigación política al servicio del poder presidencial La aguda crisis de inseguridad pública está generando una peligrosa tendencia regresiva para involucrar de nueva cuenta a los aparatos de inteligencia en acciones directas contra la delincuencia y, peor aún, en la procuración de justicia De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo presentado la semana pasada por Felipe Calderón para sus seis años de gobierno, los centros y sistemas de inteligencia del país ?se entiende que tanto civiles como militares? se dedicarán de lleno no sólo a la investigación de los delitos del orden común y organizado, sino a la formulación de cargos para las consignaciones penales Con los argumentos de la falta de coordinación policial y de un inadecuado uso de la tecnología por parte de los cuerpos civiles uniformados, Calderón justificó la medida que está dispuesto a poner en marcha En el apartado "Estado de derecho y seguridad", presentado como la prioridad número uno, dice el PND: "El gobierno federal promoverá el fortalecimiento de los centros y sistemas de inteligencia para que apoyen la profesionalización de la investigación en el combate a la delincuencia y el crimen organizado, así como la mejora de averiguación previa del proceso penal" En la práctica, eso se traducirá en que el Cisen, el pretendido mando unificado de las policías y, desde luego, la Sección Segunda tanto del Ejército como la Marina, se convertirán en los proveedores de la información delictiva En el caso de la policía civil, de acuerdo con el mismo plan, se creará una coordinación central de todas las policías del país, "con funciones de autoridad" para crear, dice el plan, un frente común contra la delincuencia La autoridad, desde luego, recaerá en el Ejecutivo federal Esa coordinación policial, que incluye a la predominantemente militar Policía Federal Preventiva, se traducirá en un Sistema Único de Información Criminal que debe ser manejado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), instancia creada en 1998 por el gobierno de Ernesto Zedillo y que también está en manos del presidente Que los servicios de seguridad del Estado provean de información delictiva no es ninguna novedad Es parte de su razón de ser, aunque están concebidos también para salvaguardar al Estado de otros riesgos y amenazas Pero convertirlos en punta de lanza contra la delincuencia conlleva el peligro de que los agentes de seguridad civiles y militares del Estado vuelvan a estar a cargo, como en el pasado, de los operativos y de la entrega de datos a las procuradurías del país sobre lo que el gobierno de Calderón considera como las amenazas en su cruzada contra la delincuencia La combinación no deja de ser preocupante, pues el aparato político mexicano está reconstruyendo los brazos operativos policiales que tuvo durante el autoritarismo No sólo es el anuncio del llamado Plan de Desarrollo En ese camino se dirige también la creación, en mayo pasado, del Cuerpo de Fuerzas de Apoyo Federal dentro del Ejército, al mando directo de Calderón, para enfrentar lo mismo a la delincuencia organizada que a la delincuencia común Todo la fuerza para un solo hombre (1 de junio de 2007) (jcarrasco@procesocommx)

Comentarios