Sepultan a Samuel Ruiz

miércoles, 26 de enero de 2011 · 01:00

SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, Chis., 26 de enero (apro).- En una ceremonia presidida por el nuncio apostólico Cristophe Pierre, el féretro del obispo emérito Samuel Ruiz García, conocido como Tatic entre los pueblos indígenas, fue depositado esta tarde en su nicho mortuorio, atrás del altar de la catedral, donde por 40 años ininterrumpidos, desde 1960 y hasta su retiro en el 2000, optó por una pastoral al lado de los pobres.

Alrededor del mediodía de este miércoles, inició la quinta y última misa en la plaza pública frente a la catedral del obispado creado en marzo de 1539. El ataúd, con el cuerpo del Tatic, fue expuesto ante unas 4 mil personas que se dieron cita en los funerales del “obispo de los pobres”.

Paralelamente, en la Ciudad de México, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión rindió homenaje póstumo a Samuel Ruiz, a quien reconoció por su disciplina, entrega y compromiso en beneficio de los indígenas.

El presidente de la Permanente, Jorge Carlos Ramírez Marín, pidió a los congresistas reunidos esta tarde en San Lázaro un minuto de silencio en memoria del prelado, fallecido el lunes pasado.

Al mismo tiempo, en San Cristóbal, el séquito religioso encabezado por Cristophe Pierre recordó la singular forma de predicar y evangelizar de don Samuel Ruiz.

El nuncio leyó un mensaje enviado por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del papa Benedicto XVI, donde envió sus condolencias a amigos, familiares y pueblo que acompañó a Ruiz García y sus más cercanos colaboradores.

Luego de difundirse el escueto comunicado, fue el arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, Rogelio Cabrera López, quien leyó el mensaje enviado el obispo Carlos Aguiar Retes, presidente del Consejo de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), donde se elogió la labor de opción por los más pobres.

El también vicepresidente de la CEM, Cabrera López, destacó que la presencia de los miles de asistentes al funeral garantiza que “lo que se hizo en el nombre de Dios seguirá adelante”.

“Pedimos a Dios que nuestro hermano Samuel reciba como premio la Corona Mortal reservada a quienes han vivido con fidelidad el seguimiento de Jesucristo nuestro señor de la historia”, dijo Cabrera López.

En el acto, al que acudieron Arturo Lona Reyes, obispo emérito de Tehuantepec, Oaxaca, y el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, defensor de los derechos de los inmigrantes en el Istmo de esa entidad, se congregaron los párrocos de todos los templos ubicados en los 48 municipios de Chiapas que abarca la diócesis que encabezó Ruiz García y traspasó a su actual sucesor, Felipe Arizmendi Esquivel.

Arizmendi fue el responsable de oficiar la homilía en honor a Ruiz García, a quien le exaltó su labor entre los pueblos indígenas desde aquel 25 de enero de 1960 hasta el año 2000, en que pasó a retiro como obispo emérito.

Al despedir sus restos mortales, Arizmendi Esquivel pidió por el eterno descanso del Tatic. Recordó que justo en un día como ayer martes 25, Samuel Ruiz celebró en esta misma catedral sus bodas de oro episcopales y ahí dijo una frase que quedará grabada en la placa donde fue depositado su ataúd.

Las palabras del Tatic refieren: “Al Señor, Trino y Uno, que ha creado todas las cosas con peso, número y medida, y que nos ha reunido por la encarnación, pasión y muerte y resurrección de su hijo Jesús, damos infinitas gracias por habernos hecho hijos suyos y por habernos llamado como pastor de su Iglesia, para edificar y plantar su reino de justicia, de amor y de paz”.

“Te damos gracias, Señor, por haber dado la vida y haber hecho hijo tuyo a este tu siervo Samuel. Te damos gracias por haberlo llamado como pastor de esta Iglesia, donde desgastó su vida. Y te damos gracias también a ti, hermano obispo Samuel, pues estamos seguros de que nos escuchas desde el corazón de Dios donde ya descansas. Gracias por tu entrega sacrificada en estas tierras a veces tan llenas de lodo y de piedras, físicas y humanas, sociales y eclesiales”, dijo el obispo sucesor de Ruiz García.

“Damos gracias a Dios y a ti por tu compromiso liberador de las cadenas que por siglos han esclavizado a la mayoría de los hermanos indígenas. Damos gracias a Dios y a ti por tus permanentes denuncias proféticas contra las situaciones injustas que han padecido nuestros pueblos, no sólo en Chiapas y en México, sino en las estructuras globales generadoras de injusticia e inequidad en todo el mundo”, agregó.

Expuso que el Tatic optó por la promoción integral de los indígenas para que sean sujetos en la Iglesia y en la sociedad. Recordó que tuvo una opción preferencial por los pobres y la liberación de los oprimidos, como signo del Reino de Dios.

Dijo que Samuel Ruiz fue punta de lanza de la libertad para denunciar las injusticias ante cualquier poder arbitrario y que abrazó la defensa de los derechos humanos.

Además, abrazó la promoción de la dignidad de la mujer y de su corresponsabilidad en la Iglesia y en la sociedad.

Pero sobre todo enarboló “la teología india, como búsqueda de la presencia de Dios en las culturas originarias. El diaconado permanente, con un proceso específico entre los indígenas. La reconciliación en las comunidades. La unidad en la diversidad. La comunión afectiva y efectiva con el sucesor de Pedro y con la Iglesia universal”.

Luego Arizmendi advirtió: “La historia no se detiene. El proceso de globalización y los profundos cambios culturales que llegan hasta lo más profundo de nuestra Selva nos retan a nuevas respuestas pastorales. Sin embargo, nuestro caminar diocesano no debe desviarse de las opciones fundamentales que, junto con don Samuel, toda la diócesis se ha comprometido a asumir, y que es la mejor forma de honrar su memoria”.

“¡Alégrate, Tatic Samuel, y salta de contento porque tu premio es grande en los cielos!”, concluyó.

A la homilía también acudieron representantes del grupo civil Las Abejas de Acteal, Chenalhó, y del Pueblo Creyente, organizaciones religiosas creadas al amparo de Ruiz García, quienes le pidieron interceder ante Dios para que en la tierra haya paz con justicia y dignidad.

Los voceros de esas organizaciones recordaron que Tatic fue la luz que les alumbró el camino y le agradecieron porque por él “ya nunca más volverán a caminar de rodillas ante los poderosos”, que él enfrento desde su encomienda religiosa para lograr que los pueblos indígenas de Chiapas salieran adelante.

José Ruiz García, hermano menor del Tatic, agradeció el aprecio y el cariño que profesaron a don Samuel y dijo que aún desde el más allá estará su sombra presente para que se haga la voluntad de Dios y los pobres dejen de sufrir.

Ruiz García, el único sobreviviente de cinco hermanos que conformaron la familia, recordó que Tatic Samuel dedicó su vida y su obra por los menos privilegiados en la sociedad. Mencionó que su hermano marcó el camino a seguir y corresponderá a otros seguir su paso.

Entre consignas de “queremos obispos al lado de los pobres”, “Tatic, amigo, el pueblo está contigo” y “se ve, se siente, Tatic está presente”, su féretro fue levantado e ingresado a la catedral al filo de las 13:50.

El ataúd fue depositado en un nicho especial ubicado atrás del altar de la catedral y no en la cripta subterránea donde descansan los restos de otros obispos ya fallecidos a lo largo de estos casi 500 años en que fue creada la diócesis.

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