Revista Proceso

Morena tiene presidente, pero su panorama es sombrío

La contienda por la dirigencia de Morena fue apenas una batalla en la prematura disputa por la candidatura presidencial que sostienen el canciller Marcelo Ebrard, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y el senador Ricardo Monreal.
sábado, 24 de octubre de 2020 · 17:55

El ascenso de Mario Delgado a la presidencia de Morena no implica el fin de los conflictos en este partido. A la “resistencia” que encabeza Porfirio Muñoz Ledo –quien desconoció los resultados de la tercera encuesta para elegir a la dirigencia—, se agrega la escasa institucionalidad, la desarticulación de sus estructuras y una tendencia al sectarismo y a los pleitos por cuotas de poder. De hecho, ésta fue apenas una batalla en la prematura disputa por la candidatura presidencial que sostienen el canciller Marcelo Ebrard, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y el senador Ricardo Monreal.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Después de dos años de agria disputa entre facciones y luego de tres encuestas que le costaron 30 millones de pesos, Morena tiene por fin presidente, Mario Delgado, y secretaria general, Citlalli Hernández.

Pero el panorama es sombrío: un partido desarticulado y conflictivo en pleno proceso electoral, con una oposición virulenta y latente migración de votos a los nuevos partidos afines al presidente Andrés Manuel López Obrador.

La definición de la dirigencia nacional, que representa también una batalla en la prematura disputa por la candidatura presidencial entre el canciller Marcelo Ebrard, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum y hasta el senador Ricardo Monreal, tampoco significa la conclusión de los conflictos, aun si no se materializa la “resistencia” contra Delgado por parte de los impulsores de Porfirio Muñoz Ledo que denuncian el uso de dinero para “comprar” posiciones.

Alfonso Ramírez Cuéllar, quien fue electo en enero como presidente para sólo organizar la elección de la dirigencia, hereda el cargo a Delgado preocupado por la intromisión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en Morena y la influencia del dinero en su partido.

“Lo más grave no es quién quede. Lo que no puede ser es que, primero, nos asalte el Tribunal y, luego, el dinero tome por asalto al partido”, advierte en concordancia con Muñoz Ledo, quien afirma que “la extrema derecha” de Morena financia a Delgado y a Ebrard, ambos fundadores, en 1999, del ya desaparecido Partido de Centro Democrático.

La presidenta del Consejo Nacional de Morena, Bertha Luján, impulsora también de Muñoz Ledo, fue exhibida en el diario Reforma por armar la “resistencia” contra Delgado y desde el 20 de agosto fijó su posición: “Para Morena es un momento crucial: o defiende su origen democrático en búsqueda de la consolidación de la 4T o inicia su caída hacia el basurero de la historia”.

Pero Delgado Carrillo, oficializado como el ganador de la tercera encuesta organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), el viernes 23, ya no quiere voltear para atrás y, consciente del panorama sombrío de Morena, dice a Proceso que en lo inmediato asignará “tareas para mover al partido y sacarlo del pleito”.

“Voy a hacer la invitación a que dejemos los tribunales y vayamos a lo importante. El mensaje de la elección en Hidalgo y Coahuila es muy claro: el dinosaurio sigue ahí, a los hampones no ha llegado la transformación. Por eso debemos hacer una estructura electoral y una selección de candidatos transparente”, expone Delgado, quien ya tiene hasta calendario para empezar a ejercer el cargo.

“Haré una gira nacional de inmediato para arrancar los comités de defensa de la Cuarta Transformación para que de ahí surjan los comités seccionales y distritales, así como la estructura electoral y de promoción del voto”, precisa Delgado, quien prevé una “magna celebración”, el 1 de diciembre, por los dos años de gobierno de López Obrador.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2295 de la revista Proceso, ya en circulación.

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